LA RAZA LIMUSIN
La raza toma el topónimo de su cuna, la Región de Limoges en el Macizo Central de Francia, Departamento Haute-Vienne. No tiene sinónimos, pero sí distintas grafías (Limousina, Limosina) aunque la adoptada por la terminología oficial es Limusina, siendo la más utilizada por los ganaderos.
Se trata de una raza plenamente integrada en nuestro capítulo bovino y precisamente por ello es clasificada como española. Su principal atractivo es como aportadora de líneas paternales para la mejora de la producción cárnica de otras razas.
La amplitud del área geográfica en España, es determinante de gran variedad de modelos y fórmulas de crianza que guardan como común denominador la modalidad semiextensiva con amplios períodos de pastoreo en los herbazales naturales, rastrojos cerealistas, majadales de las dehesas y pastos de montaña.
En el proceso reproductivo, predomina la monta natural. El parto es eutócico en altísimo porcentaje (95% sin ayuda). Este dato unido a los elevados índices de fertilidad (95 terneros nacidos por 100 vacas) y la insignificante mortalidad perinatal, facilita 93-94 terneros destetados por cada 100 vacas. Al éxito contribuye la elevada producción lechera de las madres mantenida hasta el destete alrededor de los 6 meses de edad.
La raza Limusina entra dentro de aquellas con alta especialidad cárnica y en el plano puramente etnológico responde a las características siguientes: ortoide, subhipermétrica, mesolíneas, mucha masa y poco hueso. Color rojo uniforme. Los cuernos son finos, arqueados hacia delante y ligeramente levantados en su extremidad; de tonalidad rosada blanquecina en su base, sin pigmentación y oscurecidos hacia las puntas. A la observación general denuncia conjunto corporal armónico, proporcionado, ampuloso y musculado.
Para los ganaderos españoles son cualidades de gran aprecio, la facilidad de parto igualmente manifiesta en los cruzamientos como raza paternal, el temperamento vivo y buena disposición para la marcha.
La rusticidad y capacidad de adaptación explica su reparto en nuestro país dentro de los medios más diversos.
Fuente: Ternera de Extremadura
EL ECOSISTEMA
Extremadura se caracteriza por tener una climatología mediterránea semiárida con precipitaciones escasas e irregulares, y temperaturas en algunos casos, superiores a 45ºC en verano llegando a descender a -5º en invierno.
Cuenta con una extensión de 1.800.000 hectáreas de ecosistema adehesado, poblada por una vegetación forestal y arbustiva en la que conviven especies animales salvajes y domésticas, que constituyen un complejo sistema natural.
La alimentación del ganado se basa en estos pastos naturales que han de completarse con otros recursos de la propia dehesa en las épocas de máxima escasez, en algunos casos aprovechando las rastrojeras en verano y el ramón de encina o la bellota en invierno. En las zonas más fértiles de algunas dehesas se alternan cultivos, en su mayor parte forrajeros, con el objeto de suplementar a los animales.
El cultivo extensivo es el aprovechamiento de grandes extensiones de superficie mediante el pastoreo. Esta es una ganadería que por su rusticidad se ha adaptado perfectamente al medio. La dureza climática y la baja calidad de los suelos, han favorecido el asentamiento de la explotación ganadera.
La alimentación de las vacas madres se realiza aprovechando los recursos naturales de las dehesas durante todo el año, principalmente pastos. Cuando es necesario suplementar esta alimentación, se realiza a base de pajas, henos, cereales, leguminosas, concentrados fibrosos y piensos autorizados por el Consejo Regulador. Los terneros permanecen siempre lactando hasta cumplir al menos cinco meses.
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